El manejo de la enfermedad renal implica diversos cambios en el estilo de vida y la alimentación, además de una atención médica adecuada. Aquí hay 10 consejos cruciales para que las personas con enfermedad renal puedan controlar su afección eficazmente y mantener la mejor salud posible.
Comprender su afección es el primer paso para un control eficaz. Aprenda cómo funcionan los riñones y el tipo específico de enfermedad renal que padece. Este conocimiento le ayudará a tomar decisiones informadas sobre las opciones de tratamiento y los cambios en su estilo de vida. Entre los recursos disponibles se incluyen profesionales médicos, sitios web confiables y grupos de apoyo para la enfermedad renal.
Mantener una dieta adecuada para los riñones es fundamental. Reduzca el consumo de sodio para controlar la presión arterial, limite los alimentos ricos en fósforo y potasio para mantener el equilibrio mineral y controle el consumo de proteínas para disminuir la carga de trabajo renal. Consulte con un dietista especializado en enfermedades renales para crear un plan de alimentación adaptado a sus necesidades.
El control de líquidos es crucial en la enfermedad renal. Dependiendo de la etapa de la enfermedad renal y la función renal, su médico podría recomendar ajustar su consumo de líquidos. Un exceso de líquido puede provocar hinchazón y aumento de la presión arterial, mientras que una cantidad insuficiente puede causar deshidratación.
La hipertensión arterial y la diabetes son las dos principales causas de enfermedad renal. Controlar estas afecciones mediante una dieta saludable, ejercicio regular y tomar los medicamentos según lo prescrito puede retrasar significativamente el daño renal. Es importante controlar regularmente la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre.
Los AINE, como el ibuprofeno y el naproxeno, pueden causar daño renal si se toman con regularidad o en dosis altas. Si padece enfermedad renal, es mejor evitar estos medicamentos y consultar con su médico sobre alternativas para aliviar el dolor.
Visitar regularmente a su profesional de la salud puede ayudarle a monitorear la progresión de su enfermedad renal y ajustar su plan de tratamiento según sea necesario. Estos chequeos deben incluir análisis de sangre y orina para monitorear la función renal y detectar cualquier posible complicación de forma temprana.
Mantenga la actividad física para controlar su peso, la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular en general. Sin embargo, es importante adaptar su rutina de ejercicios a su estado de salud y capacidades físicas actuales. Consulte siempre con su profesional de la salud antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicios.
Fumar puede agravar el daño renal y acelerar la progresión de la enfermedad renal. Dejar de fumar mejora la salud general y ayuda a proteger los riñones. Existen muchos recursos disponibles para ayudarle a dejar de fumar, como medicamentos, terapia y grupos de apoyo.
El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial y causar enfermedades hepáticas, lo que a su vez puede agravar los problemas renales. Si decide beber, hágalo con moderación.
El estrés crónico puede perjudicar la salud general y generar hábitos perjudiciales para los riñones, como una mala alimenta